jueves, 14 de febrero de 2013

Capitulo 9:


-¡No me toques! –dije.

Estaba en la habitación de benjamín. Aquel tipo William estaba sentado a lado de mi viéndome, realmente estaba muy incómoda. ¿Acaso William seria el nuevo benjamín? No, William según benjamín seria nuevo en su mundo. Nuevo en su mundo de mujeres, sexo, drogas y alcohol.

-¡Vamos tócala! –gritaba benjamín hacia William.
-Yo, no estoy seguro benjamín –dijo William- Creo que las mujeres son hermosas y no son solo para utilizarse

¡Dios alguien que me entendía! Le regale una sonrisa a William y hable sin producir ningún sonido ‘Gracias’ Benjamín nos observó, quito a William de su lugar y se colocó a mi lado.

-Observa te enseñare –dijo benjamín.
-Espera –dije- ¿Crees que soy tu juguete? No puedes hacer esto
-¿No puedo? –pregunto.

Solo sentí como mi mejilla ardía, no me lo había imaginado. Él me había golpeado, vi como William nos observó, cerró sus ojos desde aquel golpe y fue cuando supe que William solo era una víctima más de benjamín. Él estaba ahí a la fuerza. Metí mis dedos en mi boca, cuando los saque estos estaban empapados de sangre.

-¿Puedo o no puedo? –grito.

No hubo respuesta alguna de mi parte, solo agache mi cabeza y me quede callada. Sentí como paso su mano por mi cintura y coloco sus labios que ya eran un completo desagrado para mí en mi boca. Me recostó en la cama y subió encima de mí, vi a William como nos observaba y en su mirada podía ver algunos sentimientos de odio y tal vez asquerosidad por parte de benjamín.

-¿Lo ves? Ahora hazlo tú –dijo benjamín parándose de encima mío.
-Te dije que no –dijo William.

Vi como Benjamín miro con una mirada bravucona a William. Benjamín le tiro un golpe a William pero este ¿Lo detuvo? Ambos comenzaron a pelearse a golpes, podía ver como Benjamín estaba en el suelo en un par de segundos y me quedaba más que claro que William era mucho más fuerte que él.

-¿Estas bien? –Pregunto William dirigiéndose a mí- Lo siento, no se tu nombre
-____ –dije- Si gracias
-Vete ____, antes de que Benjamín se pare de nuevo –dijo.
-Muchas gracias enserio –dije.

Le agradecí a William, Salí de la habitación con miles de lágrimas que recorrían mis mejillas. Pude notar que aun salía un poco de sangre de mi boca, la escupí sin importarme en donde callera y seguí corriendo hacia ningún lugar en específico. Al final del pasillo pude ver una figura masculina, me detuve antes de llegar a ella y era a la persona que menos quería que estuviera en este momento: Baltazar.

-¡Espera ____! ¿Qué haces en la torre de los hombres? –Pregunto- Pensé que ya no venias aquí desde que Justin no está –dijo.

Desvié mi mirada de él y la dirigí hacia el piso.

-Estas… ¿Estas sangrando? –Pregunto, tomo mi mentón y lo vio con delicadeza- Estas sangrando –afirmo.
-Si –dije- Toda la gente sangra

Vio nuevamente mi mentón y hablo.

-Pero este es un golpe –dijo.
-Me golpee con la pared –dije.
-¿Fue Benjamín cierto? –pregunto.

Negué con mi cabeza y seguí caminando, estaba a punto de llegar a las escaleras cuando Baltazar tomo mi brazo y me volteo bruscamente hacia él.

-¡¿Fue Benjamín?! –grito.
-¡Sí! ¡Ya basta por favor! –Dije- Suéltame ¡Déjame sola!

Me solté de Baltazar y de nuevo millones de lágrimas recorrían mis mejillas. Baje las escaleras corriendo y sollozando. Varias personas me veían y solo observaban mientras susurraban con sus acompañantes. Unos minutos después llegue a mi habitación, entre a ella y cerré la puerta con toda la fuerza posible, me deje caer en cama y la única persona que me oía en este momento era mi cama, aquella que había pasado momentos irrepetibles.

-¿_____? –Una voz me interrumpió de mis lamentos- ¿Qué pasa? ¿Por qué lloras?
-Nada patrice –dije- déjame sola por favor
-¡Mírate! –dijo.

Se acercó hacia mí y saco de unos de sus cajones un poco de rollo. Se sentó en mi cama y levanto mi mentón para ver mis labios rotos y mi mejilla que estaba algo rasguñada.

-¡Santo dios! ¿Quién te hizo esto? –pregunto.

Cortó un poco de rollo y comenzó a quitar la sangre que tenía y la nueva que comenzaba a aparecer. Me senté en la cama y le agradecí a patrice que hiciera esto por mí.

-Solo me caí –dije.
-¿Por qué hay rasguños en tu mejilla? –pregunto.
-emm no lo sé –dije.
-¡Vamos! Puedes confiar en mí –dijo.

¿Confiar en ella? ¿Eso era posible? Termine por contarle todo desde el principio, desde la primera vez que llegue al internado hasta este momento. Ella solo negó con la cabeza y me abrazo. Necesitaba un abrazo como estos, un abrazo de una amistad pero ¿En verdad podía confiar en ella? 

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