jueves, 14 de febrero de 2013

capitulo 3







Narra Samantha:





Despedí a mis padres y tome las maletas que estaban afuera de la oficina de la directora Collins. Estaba realmente feliz el haber logrado entrar en este lugar donde había yacido la historia romántica de mi padre Justin y de mi madre ____. Entre nuevamente a la oficina de la directora.

-Ha… disculpe directora ¿Cuál será mi habitación? –pregunte.
-325 –dijo ella mirando unos papeles- En este mismo piso
-Gracias –dije.

Salí y cerré la puerta. Camine por aquel largo pasillo hasta que llegue a la habitación 325. Abrí delicadamente la puerta, no había nadie. Simplemente dos camas vacías bien tendidas y también unas cuantas maletas más. Tal vez mi compañera de habitación había salido a conocer el internado. Deje mis maletas en una esquina de la habitación y me deje caer en la cama. El viaje de casa a aquí había sido realmente largo y agotador. Cerré mis ojos deseando que todo el cansancio se quitara y acomodar mi ropa. La habitación no era tan grande pero bastaba para dos personas. Pude observar que la perilla de la puerta se movió. Unos segundos después ¿un chico había entrado?

-Veo que tengo compañera nueva –dijo cerrando la puerta y dejándose caer en su cama- ¿Cómo te llamas? –pregunte.
-Samantha –dije algo tímida- ¿Tú serás mi compañero de habitación? –pregunte.
-Eso creo –dijo el- Liam… Mucho gusto –se presentó.
-Esto será… algo incómodo –dije- Compartir habitación con un hombre creo que no es correcto
-¿Incomodo? ¿Me veo como alguien malo? –pregunto.

Debía decir que sí. Negué con la cabeza y lo observe. Era alto, fornido y tenía un buen cuerpo. Su piel era algo morena, no tanto pero lo era. En sus manos podía ver sus venas resaltas, su pelo era negro y liso. Le caía un poco por la frente y estaba cortado de una manera muy buena. En su oreja izquierda tenía un arete negro. ¿Un súper modelo? ¿Tenía a un modelo en mi habitación? Su estilo de vestir era realmente exquisito, tenía puesto un jeans obscuro pegado y una chamarra negra. Unas botas negras y en fin… Una buena vestimenta.

-¿Cuánto llevas aquí? –pregunte.
-Recién llegue hoy –dijo- Fui a ver los campos del internado
-Ha genial –dije.
-¿Cuántos años tienes? –pregunto.
-15 ¿tu? –pregunte.
-17… Un poco mayor –dijo.

Continuamos hablando un buen rato. Era agradable y apuesto, muy apuesto. Me contó que había estado en el reformatorio un año atrás y eso me hacía sentir un poco más incómoda. No quiso decirme el motivo causando que me diera un poco de miedo. El día paso volando para mí, llego la noche después de unas cuantas horas. Liam salió de la habitación en busca de un poco de comida para ambos. Me cambie rápido de ropa y me puse mi pijama. No quería verme provocadora ni mucho más, pero solo había traído un par de mini shorts y nunca imagine que compartiría habitación con un hombre.

-Llegue –dijo entrando a la habitación.
-¿Qué trajiste? –pregunte.

Me miro, aquellos ojos poco verdes me causaron temor. La piel se me puso china al tan solo ver que me miraba de arriba hacia abajo. Hizo una cara de satisfacción y luego sonrió. Cubrí mis piernas pero no fue suficiente así que me metí en la cama y me puso un manta encima.

-¿Qué trajiste? –pregunte de nuevo.
-Pizza –dijo el sentándose en su cama- Toma

Me dio un plato desechable con una rebanada de pizza. La tome y la dirigí a mi boca. La verdad es que moría de hambre, la termine al menos 1 minuto después y me recosté en la cama. Cerré mis ojos y pude sentir unas brisa fresca entrar por la ventana.

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