jueves, 14 de febrero de 2013

CAPITULO # 1 2° TEMPORADA


Capítulo 1.

¿Yo? ¿Qué significa mi vida? ¿Aún sigo viva? ¿El sigue vivo? Podía estar en su mundo, pero el simplemente no me veía o no sabía su tenía que reencarnar en alguien para estar juntos otra vez, no sabía si él estaba muerto ¡No sabía si Justin estaba muerto! No tenía sentimiento, yo había muerto por ese maldito de benjamín o más bien... Justin me mato, pero yo sé que no fue su culpa, el solo quería salvarme y que viviéramos juntos por siempre.
Estaba embarazada e iba a tener una hija, una pequeña a la cual iba a amar con todo mi corazón y sobre todo la iba a cuidar hasta que la muerte se presentara, pero lamentablemente se presentó antes de tiempo. Eh estado pensando las cosas y tan solo quisiera volver a la vida para poder ver a benjamín... Ver a benjamín sufrir ¡Hacerlo sufrir! Él lo hizo con migo, me hizo la mujer más miserable de todo este mundo, quiero verlo hacer miserable a otra mujer más... ¿Reencarnarme en alguien más? ¿Cómo? ¿Eso es posible? Tal vez... Suena algo ficticio y de fantasía pero aunque no lo crees es verdad...

-¿Cómo podre reencarnarme? -me preguntaba a mí misma.

Cerré mis ojos fuertemente ¿Podía hacer esto? ¿Solo era un sueño? Cuando los abrí me encontraba en aquella sala del internado, estaba recostada en una cama... Baltazar se encontraba a mi lado, él tomaba de mi mano y tarareaba una canción que él me había hecho cuando éramos novios. Sentí una felicidad enorme en mi pecho ¡Estaba viva! y mas quien ¡Justin estaba vivo! ¿Yo no había muerto? ¿Había sido un simple sueño?

-Baltazar -susurre- Estoy viva

Baltazar me miro, una sonrisa se ilumino en su rostro, soltó mi mano y me abrazo. No podía evitar estar contenta ¡Yo jamás había muerto! Toque mi estómago...

-Baltazar... yo... Estoy embrazada -dije.

Su cara cambio, pero jamás dejo de abrazarme y de darme pequeños besos delicados en la mejilla dejándome un poco de su baba en ella.

-No importa -dijo- Eso es una gran bendición, te amare eternamente ¿Me entiendes? Eternamente...

En ese momento beso mi mejilla como jamás lo había hecho. La puerta se abrió y vi a la enfermera que tenía en su mano unas cuantas hojas. Me miro y comenzó a hablar sobre cosas de medicina, la medicina era un idioma completamente raro para mí ya que no entendía completamente nada. Baltazar apretaba de mi mano mientras escuchaba atento lo que decía la enfermera ¿Dónde estaba Justin? ¿Dónde estaba el para qué enfrentáramos la noticia juntos? Baltazar parecía mi novio, el parecía mi pareja… Parecía que a él le importaba más mi hija que ha Justin.

-Bueno ____, felicidades… Estas embarazada –dijo la enfermera esforzando una sonrisa- Sonara algo loco, pero el internado ya no te aceptara más aquí… Es una de las reglas.
-¿Qué? ¿De las reglas? –Pregunte- ¡Eso no viene en el manual!
-Es más que obvio ______, no puede haber chicas embarazadas aquí… -dijo.

La enfermera dejo los papeles arriba de mis pies y hablo.

-Tendré que decirle a la srita. Collins para que les diga a tus padres esto –dijo.

Ella comenzó a caminar, Baltazar se separó de mí y tomo la muñeca de aquella chica. Ella lo miro a los ojos y luego lamio sus labios ¿Qué pretendía con eso?

-No digas nada –dijo Baltazar- ¿Qué es lo que quieres? ¡Te lo daré!
-No quiero dinero –dijo la chica.
-¿Qué es lo que quieres? –pregunto Baltazar.

La enfermera que no era tan grande que nosotros, tal vez dos años mayor se acercó hacia el oído de Baltazar, tan solo le susurro algo y se fue de la habitación. Baltazar sonrió y se dirigió hacia mí, se sentó nuevamente a mi lado. Me sentía protegida ¿pero dónde estaba Justin? ¿Dónde estaba Benjamín en este momento? Justin era un cobarde ¿Qué pretendía al pedirme que me casara con él y luego huir? ¿Se supone que eso hacen las mujeres no?

-Todo estará bien _____ ¿entiendes? Todo estará bien –dijo Baltazar.
-Baltazar… tú sabes, ¿Dónde está Justin? –Pregunte- Él es el padre y simplemente desapareció
-Es un cobarde –dijo- Aun no entiendo por qué sigues con él, pero si no aparece yo me hare cargo de ese bebe
-No Baltazar –dije- No aceptare que hagas eso
-¿Cuidar al bebe? _____, estas sola… Necesitas apoyo –dijo.
-Pero no quiero que te compliques… Termina tus estudios… Yo no creo terminarlos –dije- Mi vida simplemente se arruino
-No digas eso –dijo Baltazar.

La luz de la luna fue apareciendo en aquel escalofriante día, fue apareciendo cuando creí que yo y todos mi seres queridos habían muerto. No quiero estar en esta vida, no quiero sufrir nuevamente y lo que menos quiero es que mi hija sufra. No sé qué pasara con Justin ¿El aún me ama? Millones de preguntas sobre el abundan mi mente pero sobretodo nada puede resolverlas.

15 años después.-

Nos encontrábamos en una casa no tan grande, yo había salido del internado… Después de varios meses la directora Collins se dio cuenta que yo estaba embarazada y simplemente me corrió. Mis padres no hicieron absolutamente nada, mi madre había muerto al igual que mi padre… Ellos ya eran viejos, bueno a decir verdad no eran muy viejos tenían una edad genial pero murieron por causas naturales. Nada de eso me afectaba, aún recuerdo aquella tarde en que mi madre me grito diciéndome que no me quería y que arruine su vida ¡Todo había cambiado! Mi hija nació, tiene 15 años y es en verdad hermosa… Se parece a Justin demasiado y es difícil decir que es mi hija ya que casi parecemos hermanas.

-Mama –dijo Samantha, mi hija- ¿Cuándo regresara papa? –Pregunto- Quisiera conocerlo
-Hija… ¿Cuántas veces tengo que repetírtelo? Tu padre no vendrá –dije- Nos abandonó ¿sí?
-No hables así de el –dijo Samantha- Quiero ir a aquel internado en el que estudiaron juntos… Quiero estar en aquel ambiente en el que se enamoraron
-Tal vez más adelante Sam ¿sí? –pregunte.

Aquel hombre que creí que era mi nuevo amor bajo por las escaleras. Aun no me sentía muy confiable a su lado, simplemente temía que algo malo fuera a pasar. El tomo de mi nuca y me beso, éramos jóvenes y no se veía tan mal como creíamos. El bajo su mano hacia mi cadera y me levanto por el aire.

-Buenos días Baltazar –dije- ¿Cómo amaneciste? –pregunte.
-Bien –dijo-¿y tu mi dulzura? –pregunto.
-Bien –dije.

Mis pies tocaron nuevamente el piso, Samantha grito y vino corriendo hacia nosotros. Traía una especie de papel en su mano, era más bien como un sobre sellado con una estampilla que se me hacía más que reconocida. Samantha la abrió en frente de Baltazar y de mí y comenzó a leerla. Después de unos segundos de leerla se formó una sonrisa en su rostro y nos abrazó a ambos.

-¡Mama! ¡Papa! ¡Me aceptaron! –grito.
-¿En dónde? –preguntamos ambos.
-¡En el internado! ¿En dónde más? –pregunto.

Su cara de felicidad se había colocado en su rostro. En tanto a Baltazar y a mí nos preocupamos de más ¿El internado? Ella no nos había avisado nada de que se había suscrito a él. Sin darme cuenta unas lágrimas salieron de mis ojos pero las quite antes de que ambos la notaran.

-Sam, Samantha ¿Te inscribiste al internado? No nos dijiste nada a nosotros… te dije que tal vez te meteríamos pero cuando fueras más grande –dije.
-Mama, papa… Sé que no les dije nada pero solo deseaba ir a aquel internado… quiero saber dónde se conocieron, quiero saber su historia –dijo.

En ese momento mi corazón quiso pararse pero no lo hizo. Estaba preocupada por ella, estaba preocupada por el pensamiento que tenía al querer conocer mi historia, pero fuera lo que fuera nunca la conocería… Tal vez debería permitir que fuese a aquel internado, después de todo benjamín ya es grande y no creo que quiera meterse con niñas más pequeñas.
 

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